martes, 17 de marzo de 2009

El creacionismo se abre paso en Europa, a pesar del rechazo del Consejo de Europa

El Consejo de Europa contra el creacionismo*


Dios creó el mundo y sobre él todas las cosas, creen los creacionistas. La propagación de estas ideas supone un peligro, opina el Consejo de Europa en una resolución, para los niños, la democracia y los derechos humanos.

“En el principio, Dios creó los cielos y la Tierra. La Tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: '¡Hágase la luz!' Y la luz se hizo.”

Así comienza, para quienes defienden el creacionismo, la verdadera historia del Hombre. Como la raíz latina de la que se deriva su nombre, creare, los seguidores de esta ideología rechazan la teoría de la evolución: Dios creó el mundo en seis días, tal y como narra la Biblia.

Con 48 votos a favor y 25 en contra, el Consejo de Europa ha condenado la extensión de los principios creacionistas en las escuelas europeas.

En las escuelas de Europa

“Algunas personas piensan que este fenómeno sólo afecta a Estados Unidos […] y por lo tanto no es tarea del Consejo de Europa ocuparse de esta cuestión. No es ese el caso. Todo lo contrario: es de crucial importancia que nuestros 47 miembros tomen las precauciones necesarias”, escribe el socialista francés Guy Lengagne en el informe presentado al Consejo.

“Y dijo Dios: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra'."

Los creacionistas no creen en la selección natural, sino en una selección divina de la que el diluvio universal es un ejemplo. Existen demasiadas especies y éstas son demasiado diversas para que la explicación de Darwin sea factible, opinan. Sólo un dios puede ser responsable de un mundo tan complejo.

Ciertamente, el creacionismo tiene su origen en Estados Unidos y en este país se concentran la mayor parte de sus seguidores. Sin embargo, Lengagne y su colaboradora, la parlamentaria liberal Anne Brassuer, han descubierto, y enumerado por países, casos en los que la corriente religiosa ha alcanzado a centros de estudio europeos, como a varias escuelas en el Estado alemán de Hesse o algunos libros difundidos en la Universidad de Barcelona.

Ciencia por religión

“Dijo además Jehovah Dios: 'No es bueno que el hombre esté solo, le haré una ayuda idónea' […] y de la costilla que Jehovah Dios tomó del hombre, hizo a la mujer.”
Sin embargo, no sólo la vertiente religiosa preocupa al gremio europeo. “Si no tenemos cuidado, el creacionismo puede convertirse en un peligro para los derechos humanos”, dice la resolución, “la lucha contra las teorías evolutivas y quienes las combaten proceden del extremismo religioso y están estrechamente relacionados con movimientos políticos de extrema derecha”.

“La negación de las teorías evolutivas puede observarse cada vez con más frecuencia en el sistema educativo. Los creacionistas quieren que sus ideas formen parte del saber impartido en las clases de ciencias naturales”, se lee en la resolución aprobada, “el Consejo de Europa hace un llamamiento a combatir el creacionismo en las escuelas y a que los conocimientos científicos sean transmitidos de un modo más sencillo y atractivo”: es el apelativo.

Existen diversas ramificaciones dentro del creacionismo, pero en principio todas ellas son contrarias a la estricta separación entre religión y ciencia. La religión, en tanto que narración verdadera y fidedigna de los hechos, es para los creacionistas la única ciencia posible. El principio asusta al Consejo: “los maestros creacionistas pueden generar en las mentes de los niños una peligrosa mezcla entre religión y creencias, por un lado, y ciencia por el otro”, advierte el documento.

El creacionismo original procede del cristianismo. Por lo general, sus seguidores son protestantes extremadamente ortodoxos, pero también entre los musulmanes hay creacionistas y, como ha comprobado el Consejo, las escuelas turcas no escapan a su influencia.

El creacionismo y la extrema derecha

"El creacionismo tiene poder político", y representa una amenaza para la democracia porque desearía verla sustituida por un sistema teocrático.

Enumerados todos estos motivos, y muchos más en el largo informe de Lengagne y Brassuer, el Consejo de Europa ha logrado sacar adelante una condena que en junio frustró por la oposición de los cristianodemócratas al anterior borrador. También de este grupo proceden ahora los votos en contra. “Prohibir estas teorías es el camino equivocado. Discutirlas sería mucho más efectivo”, opina el conservador alemán Axel Fischer.

“El séptimo día, Dios había terminado su obra, y descansó.”

El creacionismo busca abrirse paso en Europa**

El creacionismo no se limita a las fronteras estadounidenses ni es promovido exclusivamente por sectores católicos conservadores. La preocupación europea por este fenómeno data de 2007, mucho antes del Año de Darwin.

Las preocupaciones europeas respecto a versiones alternativas de la evolución, como pueden ser el creacionismo o el llamado “diseño inteligente” no están relacionadas con las celebraciones de 2009 como Año de Darwin. Para ser precisos, fue el 8 de junio de 2007 cuando la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa manifestó detallado interés por estos fenómenos al expedir el documento “Los peligros del creacionismo en la educación”.

Un fenómeno europeo

El reporte parte de una premisa fundamental: el creacionismo, dice, “fue por mucho tiempo un fenómeno casi exclusivamente estadounidense. Hoy, las teorías creacionistas encuentran vía libre en Europa y su expansión afecta a muchos Estados miembros del Consejo de Europa”.

Comúnmente se achaca la proliferación de estas ideas a los sectores más tradicionales de la Iglesia Católica. En el caso de Europa, una de las ramificaciones creacionistas no tiene dicha raíz, sino otra muy distinta: la obra del predicador islámico turco Harun Yahya (Adnan Oktar).

En 2006, éste publicó el llamado Atlas de la Creación, donde intenta refutar el darwinismo en una obra de 772 páginas. A principios de 2007, según el Consejo de Europa, “Yahya lanzó una ofensiva orientada a la distribución masiva de sus obras en Europa y en todo el mundo”.

Por lo menos en lo que se refiere a Turquía, la iniciativa parece tener éxito: 75 por ciento de los estudiantes de educación secundaria en ese país dudan de la teoría evolucionista de Carlos Darwin.

La obra de Yahya llegó a Francia en 2007. Las autoridades encargadas de la educación en esea nación emitieron un análisis al respecto. En él consideraron que el libro del predicador turco “es mucho más peligrroso que las iniciativas creacionistas previas, las cuales usualmente tenían origen anglosajón”.

Los jóvenes desconocen a Darwin

En Suiza, la viceministra de Educación del cantón de Ginebra, Jacqueline Horneffer, afirmó que “el libro no corresponde a las teorías científicas actuales: no cumple con el principio de separación de la educación secular y la religiosa”. Otros grupos como la asociación ProGenesis trabajan desde otros flancos para difundir las teorías creacionistas en territorio suizo.

Las teorías creacionistas parecen sacar provecho de la falta de información entre la juventud europea acerca de la obra darwiniana. Un sondeo llevado a cabo en Bélgica dio como resultado que “gran porcentaje de los estudiantes afirman que no tienen ninguna referencia a la obra de Carlos Darwin, pese a que ésta forma parte de los planes de estudio”.

En Polonia, el por entonces viceministro de Educación, el ultraconservador Miroslaw Orzechowski, afirmó en 2006 que “la teoría de la evolución es una mentira, un error que ha sido legitimado como verdad absoluta”; además, dijo que “no debemos enseñar mentiras, así como no debemos enseñar el mal en lugar del bien y la aberración en lugar de la belleza”.

Coexistencia necesaria

En Rusia, una joven de 16 años entabló junto con su padre un juicio contra el Estado por considerar que los libros de texto contienen una versión de la evolución incompatible con sus creencias religiosas. El Consejo de Europa señala que las demandas fueron apoyadas por la Iglesia Ortodoxa rusa.

Alemania no ha escapado a la expansión del creacionismo en Europa. En el estado federado de Hesse, estas teorías se incorporaron a los planes de estudio en algunas escuelas privadas. Esto provocó protestas de padres de familia, pero el ministerio de Educación de esa demarcación consideró que no había irregularidad que justificara su intervención.

De acuerdo con el semanario Der Spiegel, uno de cada cinco alemanes rechaza la teoría darwiniana de la evolución.

En todo caso, el Consejo de Europa señala que “la ciencia y la religión deben ser capaces de coexistir. No se trata de oponer la ciencia a la creencia, pero es necesario prevenir que la religión se oponga al conocimiento científico”.


*Fuente: Deutsche Welle /05 octubre de 2007
Autor: Luna Bolívar Manaut
**Fuente: Deutsche Welle / 24 febrero de 2009

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